LAS NINFAS
Es verdad que es preciso ser renco de imaginación y manco de entendimiento, para no admirar la inagotable invenitiva de aquella religón gentilica que, hallando el cielo angosto para sus creaciones, salpicó también la tierra de divinidades, poblando de Ecos las roconditeces de los bosques, y de Cíclopes las entrañas del mundo, y de Ninfas las márgones de los arroyos y las profundidades del mar...
Es verdad que es preciso ser renco de imaginación y manco de entendimiento, para no admirar la inagotable invenitiva de aquella religón gentilica que, hallando el cielo angosto para sus creaciones, salpicó también la tierra de divinidades, poblando de Ecos las roconditeces de los bosques, y de Cíclopes las entrañas del mundo, y de Ninfas las márgones de los arroyos y las profundidades del mar...