Era una iglesia que estaba tan lejos, tan lejos, tan lejos, que no iba ni Dios.
... Y a quién se le ocurrió la barbaridad de construir la iglesia tan lejos... No pensó en que la gente ya no camina....; aquí la gente vuela, y por lo tanto, está claro que si no camina, no corre, y el que no corre... ¡Pues éso....!