El número 4.
El número del orden en el universo es el 4, los cuatro elementos son la tierra, aire, fuego y agua; las cuatro estaciones; los cuatro puntos cardinales; las cuatro fases de la luna (nueva, cuatro creciente, llena y cuarto menguante). Las cuatro nobles verdades personifican el budismo. Para los pitagóricos el 4 era el origen de la tetraktys 1+2+3+4=10, el número más perfecto. En la edad media se pensaba que existían cuatro humores (flema, sangre, cólera y la melancolía, de ahí los adjetivos relativos al temperamento: flemático, sanguíneo, colérico y melancólico), y el cuerpo tenía que “sangrarse” en varios lugares para hacer que estos cuatro humores se equilibrasen.
El número 4 es capital en la visión del mundo de los Sioux, con cuatro grupos de dioses (los superiores, aliados, subordinados y espíritus), cuatro tipos de animales (los que se arrastran, los que vuelan, los de cuatro patas y los de dos patas) y cuatro edades humanas (bebé, niño, maduro y anciano). Sus “hombres de la medicina” les instruían para llevar a cabo todas las actividades en grupos de cuatro.
Al ser generalmente el 4 un número práctico y material, hay pocas supersticiones asociadas a él. Aunque existe una excepción en China, donde el 4 es un número de infortunio porque las palabras “she” (cuatro) y “shi” (muerte) suenan de forma similar. En la revelación bíblica a San Juan, los cuatro jinetes de la apocalipsis simbolizan el caos y la destrucción de la humanidad.
El número del orden en el universo es el 4, los cuatro elementos son la tierra, aire, fuego y agua; las cuatro estaciones; los cuatro puntos cardinales; las cuatro fases de la luna (nueva, cuatro creciente, llena y cuarto menguante). Las cuatro nobles verdades personifican el budismo. Para los pitagóricos el 4 era el origen de la tetraktys 1+2+3+4=10, el número más perfecto. En la edad media se pensaba que existían cuatro humores (flema, sangre, cólera y la melancolía, de ahí los adjetivos relativos al temperamento: flemático, sanguíneo, colérico y melancólico), y el cuerpo tenía que “sangrarse” en varios lugares para hacer que estos cuatro humores se equilibrasen.
El número 4 es capital en la visión del mundo de los Sioux, con cuatro grupos de dioses (los superiores, aliados, subordinados y espíritus), cuatro tipos de animales (los que se arrastran, los que vuelan, los de cuatro patas y los de dos patas) y cuatro edades humanas (bebé, niño, maduro y anciano). Sus “hombres de la medicina” les instruían para llevar a cabo todas las actividades en grupos de cuatro.
Al ser generalmente el 4 un número práctico y material, hay pocas supersticiones asociadas a él. Aunque existe una excepción en China, donde el 4 es un número de infortunio porque las palabras “she” (cuatro) y “shi” (muerte) suenan de forma similar. En la revelación bíblica a San Juan, los cuatro jinetes de la apocalipsis simbolizan el caos y la destrucción de la humanidad.