Un día fui a visitar a una amiga mía y la encontré dando de comer a su hijo pequeño. Observé que tan pronto ella le metía en la boca una cucharada, el pequeño escupía la payor parte del alimento que ella le había introducido. Pacientemente, ella se limpiaba la comida de la barbilla y volvía a introducírsela. Tal procedimiento se repitió una y otra vez, en medio de tosesy arcadas del niño. Por fin, le pregunté:
- ¿Cómo puedes saber cuándo ha comido lo suficiente?
- Es muy sencillo -contestó-: doy por terminada la comida cuando uno de los dos empieza a llorar.
- ¿Cómo puedes saber cuándo ha comido lo suficiente?
- Es muy sencillo -contestó-: doy por terminada la comida cuando uno de los dos empieza a llorar.