ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Gracias. Espero que no vuelva a ocurrir. Es muy desgradable...

EL FANTASMA BERNARDITO

El Fantasma Bernardito es el nieto de una bruja
y sale a pasear de noche metido en una burbuja.

Así se cuida del viento porque es fantasma chiquito
que sólo se pone serio si lo molesta un mosquito.

Su abuela le regaló dos lechuzas con anteojos,
una flor con muchos pétalos y un gorro con pompón rojo.

Cuando él duerme lo vigilan por si viene algún león
a morderle una orejita como si fuera turrón.

El Fantasma Bernardito anteanoche se escapó
para venir a mi patio a esconderse en un malvón.

Cortó dos rosas primero, luego cuatro rosas más
y cuando tuvo un buen ramo… ¡Se lo llevó a su mamá!

Me lo pagó con tres besos que no le costaron nada
y una sonrisa grandota que me dejó enamorada…

Versi-loqui-bruji-abuela… ¡Qué bruja desparpajada
que tiene nieto y se ríe y ya no le importa nada!

Como de costumbre por aquí, robando textos y omitiendo autoría.

Hola María Alicia. Perdona a Cuenka por no poner autoría. Para que la perdones, yo te pongo esta otra poesía que también escribiste tú, y en letras grandes, para que se vea mejor el nombre de la autora. MARÍA ALICIA ESAIN.

Asunto policial

En la estancia “La Querencia”,
partido de Chascomús,
me contaron esta historia
cuando yo jugaba al mus.
Resulta que en esos pagos
todo era tranquilidad
pues la gente trabajaba
con amor y honestidad.
Mas una noche de luna
cuando dormían las viejas,
recorrió los gallineros
una astuta comadreja.
Salieron a perseguirla
el toro, el perro y el gato,
la liebre, el tero, el ñandú,
todos con gran aparato.
— ¡Cuidadito que se esconde!
—se oía el grito del cuis,
mientras tanto la sotreta,
aprovechaba el desliz.
Se escapaba entre los yuyos
en el medio del bochinche.
Las gallinas, mientras tanto,
se agarraban un berrinche.
Llegó el tigre comisario
que puso en claro las cosas:
la sujetó por la cola,
le colocó las esposas.
Más ligero que volando
se la llevó tras las rejas
pa’acabar con las andanzas
de esa mala comadreja.
Como castigo ejemplar
tuvo que limpiar el suelo.
Desde las ocho a las doce,
debió batir bizcochuelo.
De ese modo sin igual
se acabaron sus macanas.
¡De andar por los gallineros
se le borraron las ganas!

De MARÍA ALICIA ESAIN.

Gracias. Espero que no vuelva a ocurrir. Es muy desgradable tener que hacer constantemente este tipo de reclamos. Sobre todo, cuando lo único que se solicita al poner la obra en circulación, es que se respete la autoría.