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RELATOS DE UN CAZADOR. Turgueniev.
Vladimir, con gran gozo de Yermolai, no tieraba nada bien, y a cada tiro que marraba ponía cara de asombro, examinaba el arma y soplaba en ella, recapacitaba y, por último, explicábanos la razón de que hubiera fallado el tiro...
RELATOS DE UN CAZADOR. Turgueniev.
Vladimir, con gran gozo de Yermolai, no tieraba nada bien, y a cada tiro que marraba ponía cara de asombro, examinaba el arma y soplaba en ella, recapacitaba y, por último, explicábanos la razón de que hubiera fallado el tiro...