ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

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Y durante la agonía del huerto, en el terrible instante en que su destino le parece insoportable, surge a su lado un ángel que le da fortaleza. Minutos después, cuando Pedro desenvaina la espada para impedir que prendan al Nazareno, Jesús le recuerda que, si él quisiera, podría llamar en su auxilio a "más de doce legiones de ángeles". (Recordemos que la legión romana estaba formada por seis mil hombres)...

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En su trato con nosotros, los mortales, los ángeles comunican su mensaje, cumplen su cometido, y desaparecen. Apreciamos en ellos un porte de gran dignidad; su presencia es altiva e imponente. Aunque gustan de mostrarse en un ambiente sereno, su aparición suele turbar a quienes les ven...

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"La gloria del Señor los envolvió con su luz y quedaron sobrecogidos de temor", y sus primeras palabras suelen ser: "No temáis". ¿Son buenos los ángeles? Las Sagradas Escrituras enseñan que, por desgracia, hubo ángeles malos: Satanás es un ángel caído, arrojado del cielo en castigo a su soberbia. Pero, una vez expulsados Luzbel y sus compañeros, sabemos que todos los ángeles que habitan en la celestial morada son intachables y benévolos, y, aunque no tienen la perfección de la divinidad, son muy superiores a los hombres en bondad, nobleza e inteligencia...

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¿Acaso no contamos todos nosotros, desde el mismo día del nacimiento con un ángel guardián, que como canta el Salmista, guía todos nuestros pasos? Esta consoladora idea se remonta a los primeros tiempos del cristianismo. Cristo mismo habla con gran ternura de los "pequeñuelos", cuyos ángeles custodios contemplan el rostro de Dios...