Fueron pasando los días y los años; el vello o pelusilla en las mejillas de ellos se transformó en una cerrada y fuerte barba, el cabello comenzó a faltarles en las entradas, el fulgor de los ojos de cada uno de los cinco se fue apagando, engordaron de una manera relativamente notable, y cuando traspusieron la raya de los cincuenta descubrieron que el tiempo corre y no vuelve más, así que decidieron aprovechar el que quedaba, al máximo...