Algunos de aquellos jóvenes de los que hemos llamado luminosos tiempos, recibieron miradas insinuantes de guapas personas, no escasas sonrisas rebosantes de promesas y hasta un par de besos robados, así como un sinnúmero de promesas de amistad capaces de arranar lágrimas a cualquiera.
Alguno no se dejó atrapar en las redes de ninguna mujer, tal vez porque presentía que convertirse en el esclavo de una belleza llevaba aparejado una serie de inconvenientes y preocupaciones.
Alguno no se dejó atrapar en las redes de ninguna mujer, tal vez porque presentía que convertirse en el esclavo de una belleza llevaba aparejado una serie de inconvenientes y preocupaciones.