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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

Leyendo los mensajes de tiempo atrás, este al que doy respuesta, me ha hecho pensar en la cantidad de matrimonios que andan por la vida haciendo aguas, y pensando, pensando he llegado a la conclusión de que para construir un matrimonio feliz y duradero muchas personas cuentan con estas diez sencillas reglas. ¿Sencillas reglas? ¡Nada de eso, aunque todo es proponérselo e invertir un mucho de tiempo y energía...

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1º regla.-Los buenos matrimonios no son producto de la casualidad.

Casi todos crecemos creyendo que el amor es algo mágico y que, en última instancia, está fuera de nuestro control. No "decidimos" amar; simplemente, nos enamoramos...

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Sin embargo, si deseamos cosechar los frutos del amor con constancia, debemos hacer algo. Ante todo, hemos de prestar cuidadosa atención a la persona amada, para comprender verdaderamente sus deseos. En segundo lugar, debemos actuar en armonía con ese conocimiento.
La calidad de una relación personal depende de la forma en que dos personas se tratan mutuamente, en las buenas y en las malas...

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Los matrimonios nunca son estáticos; o bien están desarrollándose, o están en decadencia. Los cónyuges bien avenidos saben que la vitalidad de su amor es responsabilidad de ellos mismos. Ambos son participantes activos en la busca del amor duradero...

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2ª Regla.- El amor no se destruye fácilmente.

Secretamente, casi todas las parejas temen que su relación llegue a estancarse y marchitarse. Sin embargo, el amor rara vez muere. Sólo parece ausente, porque permitimos que otros sentimientos lo eclipsen...

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Cuando en un matrimonio ocurren desavenencias, ambos cónyuges necesitan protegerse. Por temor a que se les hiera o rechace, se retraen y ocultan tras una máscara de indiferencia. Pero quienes viven un buen matrimonio comprenden que la dulce calma volverá después de la tormenta...

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Con base a esta apreciación, logran sobrevivir a las crisis que destrozan a otras parejas de casados.