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3ª Regla - El matrimonio no es una panacea.
Los beneficios de la unión conyugal son tan elogiados, que algunos llegan a creer que es el antídoto para todas las viejas heridas, de la niñez o de otros amores. No hay tal: el matrimonio "NO" es la solución de los problemas personales. Por muy armónico que sea vuestro vínculo matrimonial, para aquellos que habéis pasado por la Vicaria, tú y tu pareja erais personas antes de constituir una pareja...
3ª Regla - El matrimonio no es una panacea.
Los beneficios de la unión conyugal son tan elogiados, que algunos llegan a creer que es el antídoto para todas las viejas heridas, de la niñez o de otros amores. No hay tal: el matrimonio "NO" es la solución de los problemas personales. Por muy armónico que sea vuestro vínculo matrimonial, para aquellos que habéis pasado por la Vicaria, tú y tu pareja erais personas antes de constituir una pareja...
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Cuando esperamos que el compañero o la compañera fomente nuestro ego o compense nuestras flaquezas, invariablemente quedamos decepcionados, y nuestro cónyuge resentido. Sólo cada cual debe asumir la responsabilidad de lo que siente, y de la propia valía.
Las parejas mejor integradas, según dicen los expertos, saben que, para que lo suyo dure, ambas partes deben aprender, ante todo, a amarse a sí mismas, pues de lo contrario, nunca se sentirán dignas de ser amadas...
Cuando esperamos que el compañero o la compañera fomente nuestro ego o compense nuestras flaquezas, invariablemente quedamos decepcionados, y nuestro cónyuge resentido. Sólo cada cual debe asumir la responsabilidad de lo que siente, y de la propia valía.
Las parejas mejor integradas, según dicen los expertos, saben que, para que lo suyo dure, ambas partes deben aprender, ante todo, a amarse a sí mismas, pues de lo contrario, nunca se sentirán dignas de ser amadas...