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En un anterior mensaje, escrito tiempo atrás, ya dije que las ratas, normalmente, gozan de una organización social bastante estable, con reglas perfectamente determinadas sobre el derecho de propiedad, el noviazgo, el apareamiento y la crianza de la prole. Sin embargo, bajo los efectos de un estado de amontonamiento, tales reglas dejaron de existir. Las hembras parecieron perder sus "habilidades domésticas", y las crías, desperdigadas nada más nacer, rara vez sobrevivían. Grupos de machos sobreexcitados invadían las madrigueras vecinas, pisoteaban a las crías y atacaban exual e indiscriminadamente a hembras y machos. Otros machos, por el contrario, se volvían indiferentes y evitaban tanto las peleas como las relaciones sexuales, agazapándose algunas veces silenciosamente en las esquinas, como hacen los esquizofrénicos catatónicos...
En un anterior mensaje, escrito tiempo atrás, ya dije que las ratas, normalmente, gozan de una organización social bastante estable, con reglas perfectamente determinadas sobre el derecho de propiedad, el noviazgo, el apareamiento y la crianza de la prole. Sin embargo, bajo los efectos de un estado de amontonamiento, tales reglas dejaron de existir. Las hembras parecieron perder sus "habilidades domésticas", y las crías, desperdigadas nada más nacer, rara vez sobrevivían. Grupos de machos sobreexcitados invadían las madrigueras vecinas, pisoteaban a las crías y atacaban exual e indiscriminadamente a hembras y machos. Otros machos, por el contrario, se volvían indiferentes y evitaban tanto las peleas como las relaciones sexuales, agazapándose algunas veces silenciosamente en las esquinas, como hacen los esquizofrénicos catatónicos...