ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

Pero en mitad de la tempestad, Anna se armó de coraje y decidió tener el hijo. La cosa no quedó ahí porque además tuvo la brillante de idea de escribirle una carta al Papa Francisco relatándole su situación pero sin apenas esperanzas de recibir respuesta. Y prueba de ello fue que se marchó de Roma para marcharse de vacaciones a casa de sus padres en Gallipoli.
Lo que Anna no sabía eran las buenas noticias que le aguardaban en su regreso a Roma tras las vacaciones. Hace unos días –el martes– recibió la mayor de las sorpresas: alrededor de las cuatro de la tarde, su teléfono sonó. “Vi que me llamaban de un número fijo de Roma que no conocía”. La joven respondió y se quedó sin palabras cuando su interlocutor le dijo que era el Papa Francisco, asegura Anna. “Al principio pensaba que se trataba de una broma, pero luego él empezó a relatarme paso por paso el contenido de la carta. Sólo entonces comencé a creérmelo”, afirma...

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Fue una llamada muy breve pero tan emotiva como intensa: “Me dijo que había leído mi carta, que nosotros los cristianos no tenemos que dejar perder la esperanza. Cuando le dije que quería bautizar a mi hijo pero que tenía miedo de que no fuera posible por ser madre soltera y divorciada, el Santo Padre me dijo que él se ofrecía a imponer el Sacramento a mi pequeño”...

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Ni confirman ni desmienten.
Tras la emotiva conversación con Bergoglio, Anna tiene claro que su hijo se llamará igual que el Papa. “No sé si el Papa encontrará tiempo para bautizar a mi hijo, que nacerá a primeros de abril. Será un niño y se llamará Francisco. Me ha hecho muy feliz su llamada, me ha dado mucha fuerza”. Hace unos días los medios italianos se hacían eco de esta historia que Anna quiso relatar al digital Corriere “para servir de ejemplo a todas las mujeres que se sienten lejos de la Iglesia sólo porque han dado con el hombre equivocado”.
A pesar de la rotundidad de la historia contada por Anna Romano, el Vaticano no ha querido pronunciarse al respecto. “Sobre las llamadas del Papa no sabemos nada. Se trata de cosas privadas que sólo decide él. No nos avisa si quiere llamar a alguien ya que sobre esto no nos dice nada”, comenta el portavoz vaticano, Federico Lombardi."