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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

Casi todo lo que en realidad se necesita saber sobre cómo vivir, qué hacer y cómo ser lo aprendí en el jardín de niños, me decía una amiga. La sabiduría no estaba en la cumbre de la montaña universitaria, sino ahí, en una caja llena de arena.

El el jardín de niños, decía, aprendí todo esto: a compartirlo todo; a jugar sin hacer trampa; a no golpear a la gente; a poner las cosas en el sitio de donde las ha tomado uno; a limpiar lo que uno mismo ensucia; a no tomar nada que no nos pertenezca; a pedir disculpas cuando se ha lastimado a alguien; a lavarme las manos antes de comer; a llevar una vida armoniosa; a aprender algo, y pensar algo, y a dibujar, cantar, bailar jugar y trabajar un poco cada día...

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Aprendí de los niños -continuaba diciendo mi amiga-, que hay que dormir la siesta si es posible, y que cuando salimos al mundo, debemos tener cuidado con el tráfico, tomarnos de la mano y permanecer juntos. Que hay que observar lo maravilloso, como las semillita en el vaso de plástico: las raíces que crecen hacia abajo y la planta hacia arriba, y en realidad nadie sabe por qué, pero todos somos así.
Los peces de colores, los hámsters, las ratas blancas y hasta la semillita del vaso de plástico, todos mueren. Como también lo hacemos nosotros...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Recuerdo que cuando comencé a observar aprendí que casi todo lo que se debe saber está a la vista, en alguna parte y que la regla de oro era la siguiente: "Trata a tus semejantes como quieras que te trataran a ti"; también el amor a la higiene; y a la ecología, la política y la vida sensata.

¡Cuanto mejor sería el mundo si todos pudiéramos comer cada tarde a la misma hora, y acostarnos después a dormir la siesta, bien tapados! Y si en todos los países se observara la norma básica de poner siempre ... (ver texto completo)