Este Otoño, como casi todos los otoños, comprende la lenta lucha de la naturaleza y equivale a noches oscuras, que parecen no terminar nunca, a campos desiertos, a bosques tristes y silenciosos, donde de vez en cuando se oye el sonido de la lenta caída de la hojas al compás de un dulce vals insonoro. Equivale a ríos, a barro y tormentas que aplacan inmisericordes el polvo de los barbechos y caminos, que el verano dejó...