LA PAPISA.
"... Llamada a la realidad por los decrecientes signos vitales del Papa, Pascualina atravesó rauda la habitación, telefoneó a su médico y luego cerró la puerta del estudio. Quiso excluir al mundo exterior hasta que llegase el doctor. Ahora, cuando ya parecía perdida toda esperanza, necesitó pasar un rato postrero con el Papa...
"... Llamada a la realidad por los decrecientes signos vitales del Papa, Pascualina atravesó rauda la habitación, telefoneó a su médico y luego cerró la puerta del estudio. Quiso excluir al mundo exterior hasta que llegase el doctor. Ahora, cuando ya parecía perdida toda esperanza, necesitó pasar un rato postrero con el Papa...
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Mientras pasaba dulcemente una esponja por el ceniciento rostro, Pascualina se fue preparando para afrontar una vida totalmente distinta, inédita, cuya ignominia sería completa, de eso estaba segura.
También tuvo la certeza de que tan pronto como desapareciera Pío, el Sacro Colegio Cardenalicio, institución rectora de la Iglesia, se abstendría de reverenciarla. Desde lejanas fechas los cardenales habían tenido celos de su formidable poder y de su posición privilegiada cerca del Papa, habiéndose visto obligados durante años a comunicarse con el Santo Padre, por mediación de ella...
Mientras pasaba dulcemente una esponja por el ceniciento rostro, Pascualina se fue preparando para afrontar una vida totalmente distinta, inédita, cuya ignominia sería completa, de eso estaba segura.
También tuvo la certeza de que tan pronto como desapareciera Pío, el Sacro Colegio Cardenalicio, institución rectora de la Iglesia, se abstendría de reverenciarla. Desde lejanas fechas los cardenales habían tenido celos de su formidable poder y de su posición privilegiada cerca del Papa, habiéndose visto obligados durante años a comunicarse con el Santo Padre, por mediación de ella...
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Una vez desaparecido Pío XII, esos hombres santos, según se los calificaba -y especialmente uno-, tal vez pretendieran desquitarse con algún tipo de venganza. Desde hacía años fermentaba un antagonismo latente entre Pascualina y Eugene Tisserant, el barbudo decano del Sacro Colegio Cardenalicio...
Una vez desaparecido Pío XII, esos hombres santos, según se los calificaba -y especialmente uno-, tal vez pretendieran desquitarse con algún tipo de venganza. Desde hacía años fermentaba un antagonismo latente entre Pascualina y Eugene Tisserant, el barbudo decano del Sacro Colegio Cardenalicio...