Pues chica, yo solamente sé decirte que, desde mi
ventana el
mar no se ve, ni esta vista tampoco, así que sólo me queda cantar aquello de....
Háblame del mar marinero, háblame... que desde mi ventana el mar no se ve... ¡Y siento una pena tan grande...! que se va agrandando al sentirla y no poderlo explicar... y me deshago en lágrimas que nadie ve, ni oye, ni saborea...