Luz ahora: 0,14175 €/kWh

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Primeros años....

Primeros años.
Enrique Jardiel Poncela nació en Madrid, en el número 29 de la calle del Arco de Santa María (hoy calle de Augusto Figueroa, perpendicular a Fuencarral). Su padre fue Enrique Jardiel Agustín, matemático, latinista y periodista colaborador de La Correspondencia de España y de otros diarios. Era natural de la población zaragozana de Quinto (nacido en 1864). Su madre Marcelina Poncela Hontoria era pintora, siendo una de las primeras mujeres en optar a estudios de Bellas Artes en Madrid en el año 1884, poco después de su casamiento con Enrique Jardiel Agustín en 1894, ejerció como profesora en Valladolid (su ciudad natal) y con ello contribuía a la economía familiar. La abuela materna tuvo previamente cierta amistad con Vital Aza y esa influencia se transmitió hasta Enrique por vía materna (otros autores mantienen que Marcelina tuvo propuesta de matrimonio de mismo Vital Aza antes de casarse con Enrique).[2] Al poco de nacer el primer hijo en 1895 el abuelo exigía su nacimiento en la Casona de Quinto como mantenimiento de una tradición familiar. Tras la primera hija (Rosario), vino la segunda (Angelina), la tercera hija murió (Aurorita) al poco de nacer.

Enrique fue el cuarto (y último) de los hijos, nacido en el año 1901 en Madrid. Los cuatro hermanos fueron educados por la madre. Crecieron en un entorno lleno de libros, pinturas y esculturas. En 1905 inicia sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza (ubicada en la calle General Martínez Campos) con dos de sus hermanas, que continúa a partir de 1908 en la Sociedad Francesa (Liceo Francés) hasta cumplir los diez años. Era esa época cuando la madre le puso como mote «Potito». Como Enrique era el único hijo, el padre quiso que estudiara. Existía en Enrique una tendencia natural a los dibujos e ilustraciones, los guardaba a menudo con la intención de escapar a la severa vigilancia de su madre. Según cuenta él mismo, a los siete años solía visitar el Museo del Prado en compañía de su madre y, a los nueve acostumbraba a acompañar a su padre a la tribuna de prensa del Congreso de los Diputados, donde presenció numerosos debates políticos. La tendencia a dibujar apareció en Enrique antes que la de escribir. A temprana edad detectan en él un ligero estrabismo que le desaparece «casi en su totalidad». En 1912 se traslada al Colegio de los Padres Escolapios de San Antonio Abad (conocido como «Escuelas Pías de San Antón», en la calle de Hortaleza) en Madrid, donde estudia el bachillerato y en cuya revista publica sus primeros textos humorísticos: en las Páginas Calasancias. Ya desde esta primera época de bachilleratos en los Escolapios era conocido por su actividad nocturna ligeramente rebelde. No era un alumno modelo. A pesar de ello, a los diez años escribió el primer verso, a los once su primera novela. Se titulaba Mondalud de Brievas, y al poco de terminarla lo anunció a la familia y en un huerto de Quinto la leyó ante ellos. Su infancia se llenó de juegos en los solares de la Castellana, en las rifas que organizaba su madre en el Comercial. Pronto destacó Enrique por su extremada imaginación