En 1895, William Randolph Hearst adquirió el periódico rival New York Journal, al que condujo a una guerra de difusión. Esta competición con Hearst, en concreto en todo lo que se refirió a la cobertura antes y después de la guerra hispano-estadounidense, que no fue más que una creación producto de buscar una historia más amarilla, escandalosa, y falta de veracidad, con el objeto de atraer más público.