Muchas gracias Rosamry por los buenos deseos. Seguiré los consejos de disfrutarla al pie de la letra, pero eso de malcriarla ya es harina de otro costal; no quiero que me digan que soy la "típica" abuela, aunque a veces... ¡resulta tan difícil no malcriarlos...! ¡Son tan brujos, que cuesta decirles "Sí" o "No" en según qué momentos! Aitor con sus casi dos años está en una edad para comérselo con patatas fritas... Nunca pensé que el ser abuela diese tanta vida; ya lo comprobarás cuando lo seas tú.
Bueno guapa, un beso y hasta la vista.
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