ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

...
Ahora que el otoño, aunque tarde, ya se ha desperezado, nos acompañará hasta finales de diciembre y nos trae como premio de consolación una increíble gama de productos de temporada; el mercado se llena de puestos de verduras y frutas deliciosas y con carácter, como dicen por ahí algunos cocineros de renombre.
Con las primeras lluvias, los campos y los bosques se muestran en todo su esplendor y gran variedad de colores, se forman las primeras castañas, brotan algunas setas, pero como es el momento de la transición al invierno, aun tendremos días soleados de los que podremos disfrutar, ayudados por unos buenos guisos caseros...

...
Siempre nos recomiendan los entendidos comprar productos de temporada, porque disfrutamos más de ellos cuando están en su mejor momento -mejor sabor, mejor textura, y mejor precio- dicen ellos. Y además, con todo esto, estamos ayudando al medio ambiente respetando el ciclo natural. Para quien no lo sepa, el otoño nos brinda multitud de oportunidades para aprovecharlas en la cocina, ahora que apetece más ponerse manos a la obra en los fogones, y compartirlas con la familia y amigos...

...
Aunque ya sabemos que el otoño es una época fantástica para disfrutar de la naturaleza, y que no sólo los bosques están llenos de vida, sino que también los huertos agradecen las lluvias otoñales y las bajadas de las temperaturas, yo no me fui con mi nieto Aitor, que aun no ha cumplido los dos años, a ver cómo andaba la montaña de Monjüic en estos días otoñales, sino que tomamos el autobús delante de casa y nos fuimos a pasear a la plaza de Cataluña...

...
Era la primera vez que, tanto la abuela como el nieto, hacían una excursión semejante. El dsifrutó de su viaje en autobús, y yo, la abuela, disfruté viendo su cara de curiosidad. Se comportó como un hombrecito. Miraba de aquí para allá y decía las pocas cosas que sabe decir relacionadas con lo que se suele ver en la calle. Cuando llegamos a la Plaza de Cataluña nos encontramos con que están haciendo obras, así que las palomas no pudimos verlas en el centro, sino en una orilla, donde todas, o casi todas, se encontraban como adormecidas tomando tranquilamente el sol. Me sorprendió el hecho de que como las vio tan quietas, debió pensar que estaban dormidas y me hablaba prácticamente susurrándome al oído para, -pienso yo-, no despertarlas.
Como ahora tiene una nueva hermanita y le han inculcado sus padres que no ha de levantar la voz "para no despertar a Leire", él, todo obediente, utiliza la enseñanza hasta con las palomas...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
...
Los chorros de agua que salían de las dos fuentes que hay en la Plaza, creo que le impresionaron, pero no tanto como las estatuas que se encuentran cerca de éstas. Ahí si que se quedó embobado mirando todo el rato para arriba, y es que supongo que para él, que es tan chiquitín, debían tratarse de una señoras gigantes... ¡GANDES! -dice él-...