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Si nos asomásemos al inquieto mundo del verde grisáceo del placton veríamos flotar en él curiosos y pequeños paracaídas que, con el correr del tiempo, se van hundiendo poco a poco en suaves giros. Lo que ocurre no es otra cosa que las larvas, danzando en las ricas aguas calentadas por el sol, comen y crecen constantemente, hasta que en un momento determinado, pierden su capacidad de flotación y se hunden. El momento de caer al fondo coincide con el momento de la transformación...
Si nos asomásemos al inquieto mundo del verde grisáceo del placton veríamos flotar en él curiosos y pequeños paracaídas que, con el correr del tiempo, se van hundiendo poco a poco en suaves giros. Lo que ocurre no es otra cosa que las larvas, danzando en las ricas aguas calentadas por el sol, comen y crecen constantemente, hasta que en un momento determinado, pierden su capacidad de flotación y se hunden. El momento de caer al fondo coincide con el momento de la transformación...