En el siglo XI, el astrolabio, por sus múltiples aplicaciones a la medida de
coordenadas, determinaciones horarias y en prácticas astrológicas, fue el
máximo exponente del grado de desarrollo al que llegó la ciencia
hispanoárabe. No obstante su sencillez de manejo, presentaba serios
inconvenientes por lo que algunos astrónomos entre los que se encontraba
Azarquiel modificaron y perfeccionaron este instrumento, dando lugar a la
llamada "azafea".
coordenadas, determinaciones horarias y en prácticas astrológicas, fue el
máximo exponente del grado de desarrollo al que llegó la ciencia
hispanoárabe. No obstante su sencillez de manejo, presentaba serios
inconvenientes por lo que algunos astrónomos entre los que se encontraba
Azarquiel modificaron y perfeccionaron este instrumento, dando lugar a la
llamada "azafea".