Se considera que la seguridad de un sistema criptográfico debe descansar sobre el tamaño de la claves utilizadas y no sobre el secreto del algoritmo. Esta consideración se formaliza en el llamado principio de Kerckhoffs. Esto no quiere decir que cuando usemos criptografía tengamos que revelar los algoritmos, lo que quiere decir es que el algoritmo tiene que ser seguro aunque éste sea difundido. Evidentemente si un sistema criptográfico es seguro aun revelando su algoritmo, entonces será aun más seguro si no lo revelamos.