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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

LA GACETA INT.

"ALCOHOLISMO, EPILEPSIA, CORONARIAS...
Enfermos ilustres: de César a Churchill
LORENZO ESTEVE
El mundo de la política, las letras o las artes ha estado muchas veces en manos de enfermos.

Las celebridades históricas (dirigentes políticos, escritores, artistas...) no están libres de las garras de la enfermedad y el dolor. En muchos casos, las dolencias patológicas explican, incluso, sus actuaciones o su conducta. Un ataque epiléptico, problemas del corazón o la depresión terminan influyendo sobre la historia o sobre el arte. Veamos los casos de algunos ilustres pacientes...

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Rimbaud, entre la psiquiatría y el carcinoma

Nacido en 1854 y fallecido en 1891, poeta rebelde, icono del malditismo, Arthur Rimbaud ha sido uno de los grandes inspiradores de la contracultura rock y hippie, con Patti Smith como discípula aventajada.
La enfermedad marca su trayectoria, hecha de escándalo y bohemia. De sensibilidad extrema, algunos expertos creen que el poeta sufría trastornos psiquiátricos. Su teoría del «Yo es otro» es muy significativa. Sostenía que el poeta debe vivirlo todo, sufrirlo todo, para así hallar la perfección máxima en la poesía.
Amigo y amante de Paul Verlaine, considerado por Victor Hugo “Shakespeare niño”, llevó una vida de escándalo en el París de los años 1870, embriagado de ajenjo y hachís. Posteriormente se trasladó a Londres con Verlaine, que llega a abandonar a su esposa e hijo pequeño, para estar con él. Vivieron al borde de la indigencia, hasta que Verlaine no aguantó más y huyó desesperado a Bruselas.
Tuvieron una fuerte discusión, y Verlaine, totalmente ebrio, le disparó a su joven amigo en la muñeca.
Al final, Paul Verlaine fue arrestado y aunque Rimbaud retiró la denuncia, fue condenado a dos años de prisión. Más tarde el joven poeta vivió una vida de aventuras que incluyen una viaje a Java, la deserción del ejército holandés, un trabajo como administrativo en Yemen, donde convivió con una abisinia, y el tráfico de armas.
Murió a los 37 años pero no por culpa de los problemas psiquiátricos, ni por la sífilis, sino por un carcinoma. En su rodilla derecha se desarrolló una dolencia que primero se diagnosticó como artritis, y como sinovitis degenerada en carcinoma. Esta dolencia lo forzó a regresar a Francia en 1891, donde días después le amputaron la pierna. Falleció en noviembre de ese año...

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Poe, el alcoholismo como máscara

Se da por sentado que la muerte del poeta norteamericano Edgar Allan Poe (1809-1849) fue consecuencia de su afición al alcohol. Cuando apareció en una calle de Baltimore en un estado lamentable se atribuyó su dolencia al whisky. Fue trasladado a un hospital, donde falleció cuatro días más tarde, un 7 de octubre, con sólo 40 años. ¿De qué?
El certificado de defunción se perdió y los informes de los médicos se contradicen entre sí. Se han llegado a barajar un sinfín de causas: congestión cerebral, provocada a su vez por el alcoholismo; pero también problemas coronarios, sífilis, meningitis y hasta cólera.
Es evidente que el consumo de alcohol tuvo consecuencias en el cerebro y en el corazón del poeta, pero también en su obra. Las ensoñaciones y los horrores que pinta en sus versos o en sus Narraciones extraordinarias, tienen un componente de delirio psíquico, combinado eso sí con una extraña y lúcida lógica.
Algunos especialistas argumentan que Poe también pudo consumir sustancias estupefacientes. Pero los enigmas siguen envolviendo su extraña muerte. Desde finales del siglo XIX se especula con que agentes electorales sin escrúpulos pudieron emborracharle para hacerle votar varias veces por el mismo candidato. Era un práctica relativamente frecuente...

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Churchill, víctima de la depresión

El héroe de la II Guerra Mundial, dos veces primer ministro, Premio Nobel de Literatura, que comenzó sus aventuras en la India y en la guerra del Nilo contra el Mahdi y acabó siendo la mayor celebridad inglesa del siglo XX, vivió toda su existencia con la espada de Damocles de la depresión.
Winston Churchill (1874-1965) era vitalista, montaba a caballo, fumaba habanos, viajó por todo el mundo y mantuvo una actividad incesante... pero era más débil de lo que parecía. De hecho, optó por retirarse de la política dejando la cartera de primer ministro en 1955, cuando ya tenía 81 años. Lo hizo porque comprobó que estaba disminuyendo su capacidad física e intelectual. Fue sustituido por Anthony Eden.
En los años siguientes Churchill pasaba cada vez menos tiempo en el parlamento, y nunca más volvió a hablar en la cámara. Continuó sirviendo como miembro del parlamento por Woodford hasta que se retiró después de las elecciones generales de 1964. Para combatir su bestia negra, la depresión, hizo ocho cruceros por el Mediterráneo, a bordo del yate Cristina como huesped de Onassis. Pero le mató el corazón: sufrió dos ataques cardiacos, el segundo de los cuales -el 15 de enero de 1965- le ocasionó una severa trombosis cerebral. Falleció nueve días después, el 24 de enero de 1965,...

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César y Margaux Hemingway, epilépticos

La epilepsia es una dolencia bastante común entre muchas celebridades de la Historia, Se cree que Fedor Dostoyevsky los sufrió a lo largo de su vida. Y eso explica, en parte, el universo febril y atormentado que dibujó con personajes como el estudiante Raskolnikof de Crimen y castigo o los hermanos Karamazov.
Epiléptico fue también Richard Burton (1925 – 1984). El problema es que unió esa dolencia con el alcholismo, lo cual llevó, a su vez, a depresiones. Tuvo éxito, y fue uno de los actores mejor pagados de Hollywood. Pero su vida no fue un camino de rosas, y nada ayudó la escasa estabilidad emocional que le deparó su tormentosa relación con la actriz Elizabeth Taylor, con la que llegó a casarse, divorciarse y volverse a casar. Falleció con solo 59 años en Suiza.
Pero no es el único. Ya en la Antigüedad, Julio César (100 a. C. - 44 a. C,) padecía ese tipo de ataques. Pero los testimonios son literarios, aparecidos con posterioridad y por lo tanto no del todo fiables. Por ejemplo el de William Shakespeare, autor de un drama sobre el estadista romano. Aseguraba el inglés que César padecía también la "enfermedad que hacía caer".
Hay que tener en cuenta que la psiquiatría no comenzó a avanzar prácticamente hasta el siglo XX, y que los siglos anteriores, la medicina era muy imprecisa a la hora de describir y diagnosticar ese tipo de dolencias. ¿Era la enfermedad que hacía caer lo mismo que la epilepsia?...

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Aunque la descripción que hace Shakespeare incluye síntomas asociados con ese mal. "Entonces perdió el conocimiento y se cayó", aparece en la segunda escena del primer acto de la tragedia de Shakespeare "Julio César"; y unos versos después: "Se cayó en la plaza del mercado, tenía espuma en la boca y no hablaba."
Mucho más cerca en el tiempo, la actriz y modelo Margaux Hemingway (1955-1996), nieta del escritor fue diagnosticada de epilepsia a los 7 años. Lo cual no le impidió desarrollar una meteórica carrera, debida en parte a su atractivo físico. Lo malo fue la medicación que le llevó a depresiones y a sufrir diversos trastornos emicionales.
Una cosa llevó a otras y Margaux comenzó a tomar toda clase de comprimidos. Influyó su desigual suerte como actriz. Margaux Hemingway tuvo una época de rápido éxito como modelo, a los 20 años de edad, de la que saltó al cine, con malos papeles en mediocres películas como Lipstick, Killer Fish o Inner Sanctum. A diferencia de su hermana Mariel, que logró un gran éxito con su actuación en Manhattan, de Woody Allen, Margaux no logró remontar y cayó en una espiral de alcohol y tranquilizantes. Cuando falleció, a los 41 años, todo apunta a un suicidio, por una sobredosis de fenobarbital. "