Como veis no se queda nada en el tintero y es que se nota que el libro está trabajado con mucho mimo y cuidado. Sus ilustraciones tienen miles de detalles que hay que disfrutar tranquilamente y algunas de sus historias están conectadas unas con otras. El resultado del esfuerzo de Roger Olmos y David Aceituno es un libro precioso que resulta una delicia.