En una ocasión, una amigo nuestro hizo un viaje de negocios con un compañero de trabajo que por lo visto es muy distraído. Como cabía esperar, -decía nuestro amigo-, olvidó un libro en el avión, llegó al hotel con la maleta de otra persona y luego perdió sus gafas en un restaurante.
Cuando regresaron, una semana después, y fueron al aparcamiento del aeropuerto a buscar su coche, se dio cuenta de que no tenía las llaves: las había dejado puestas en la cerradura del maletero la semana pasada. Por suerte, alguien las había devuelto a un empleado.
Explicaba nuestro amigo que, iban acercándose a su casa cuando le hizo notar que el depósito de la gasolina del coche estaba vacío, así que se detuvieron en una gasolinera y después de pagar, volvieron a subir al coche.
-Prométeme que no vas a decirle a nadie en la oficina que olvidé las llaves en el aeropuerto- suplicó el amigo de nuestro amigo.
-Está bien -respondió este- siempre que me dejes contar que pagaste la gasolina y nos vamos a casa sin llenar el depósito.
Jajajajajajjaja. Menuda cabecilla tiene el amigo de nuestro amigo....
Cuando regresaron, una semana después, y fueron al aparcamiento del aeropuerto a buscar su coche, se dio cuenta de que no tenía las llaves: las había dejado puestas en la cerradura del maletero la semana pasada. Por suerte, alguien las había devuelto a un empleado.
Explicaba nuestro amigo que, iban acercándose a su casa cuando le hizo notar que el depósito de la gasolina del coche estaba vacío, así que se detuvieron en una gasolinera y después de pagar, volvieron a subir al coche.
-Prométeme que no vas a decirle a nadie en la oficina que olvidé las llaves en el aeropuerto- suplicó el amigo de nuestro amigo.
-Está bien -respondió este- siempre que me dejes contar que pagaste la gasolina y nos vamos a casa sin llenar el depósito.
Jajajajajajjaja. Menuda cabecilla tiene el amigo de nuestro amigo....