Lamentablemente, su labor genera muchas suspicacias entre los sectores dirigentes, que ven en él una amenaza a sus intereses y consiguen una orden para expulsarle del país. Ante este hecho, más de 30.000 campesinos y campesinas, secundados por intelectuales y una élite política y religiosa india, se movilizan en una marcha de 250km, desde Manmad hasta Mumbai, para protestar por esa orden de expulsión.