Ahora, tras todo un siglo siendo redescubierto, admirado, estudiado e imitado, llega un centenario con dos años de preparación, que incluye una intensa agenda de actividades. Y no puedo menos que pensar que el Greco, después de pasar media vida siendo rechazado por los venecianos, los romanos y la corte de Felipe II, debe de estar contemplando semejante despliegue con cierta perplejidad.