El juego de la oca es un elemental juego de recorrido. No hay límite al número de jugadores que pueden participar en él, pero no interactúan entre ellos, si acaso compiten por ver quién llega el primero. Tampoco es un juego de estrategia, y sus avances se deben completamente al azar de los dados. En el camino de 63 casillas que conducen al jardín central se pueden encontrar obstáculos y premios que hacen retroceder, paralizar la marcha o avanzar. El camino se enrosca sobre sí mismo dibujando una espiral, a veces oval o cuadrada, pero siempre avanzando hacia un centro.