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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

Fue también V. G. Korolenko quien escribió "Sin Lengua" del que extraigo este pequeño fragmento:

" Junto al casco del barco, el agua relumbraba, y por ella corrían pálidas luces que parpadeaban emergiendo a la superficie y sumiéndose de nuevo en la misteriosa e imponente profundidad. Creyó Matvei que todo aquello vivía: la marcha del barco, el quejumbroso ulular, el fragor de las olas, el movimiento del océano y el enigmático silencio del cielo. Miraba al agua y le parecía que también alguien le miraba desde allí: un desconocido asombrado, medroso y descontento. Siglos y siglos llevaba moviéndose el mar; siglos y siglos se desarrollaba en las profundidades una vida que desconocemos...

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De pronto, en aquella armonía secular, en aquel movimiento vivo, penetró el barco, avanzando osado y certero. El himno del mar se estremeció alterado, las olas se vieron cortadas y batidas, y allá, en el fondo insondable, alguien seguía atemorizado, la marcha del enigmático monstruo procedente de otro mundo enigmático...

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Pues decía yo, en un mensaje que estaba escribiendo y que he mandado, como vulgarmente se dice al garete, por tener el dedo muy rápido, que este fragmento que a continuación os escribo pertenece a SIN LENGUA, que escribió uno se los llamados "Maestros Rusos" y que se llamaba, como dije ayer V. G. Korolenco. Dice así:

"La conversación tuvo un fin agrio.
Viajaba en el barco un checo viejo y serio, pero simpático. Iba llamado por su hijo, que había hecho suerte en América. Marchaba a reunirse con él, pero decía que hubiera sido preferible que el hijo hubiese prosperado en su propia patria, y así, no habría tenido él ninguna necesidad de viajar...

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El checo es un idioma eslavo: un polaco podría confundirlo con el ruso, y un ruso con el polaco. Nuestros amigos hablaban en el dialecto de Volinia: ni ruso, ni polaco, ni ucraniano puro, sino una mezcolanza de de estas tres lenguas. Por eso se les hacía más difícil entender al checo. A ello había que añadir que Iván no era nada retraído ni tímido. Cuando, para entenderse, no le bastaba la lengua, recurría a la mímica. Y una veces producía un chasquido con la lengua, y otras daba una palmada o hacía un gesto. Así trabó amistad con el checo. Como este hablaba alemán, Iván podía entenderse con los alemanes por su intermedio. Y a través de los alemanes, también podía comunicarse con los ingleses...