ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: "PRESENTA NUEVA OBRA...

"PRESENTA NUEVA OBRA
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ARANCHA MORENO
El director teatral presenta 'Ensayando a Don Juan', un montaje en el que cuenta con Arturo Fernández como protagonista.

Desde hace cinco años, Albert Boadella es el director creativo de los Teatros del Canal de Madrid. Durante cinco décadas, estuvo al frente de Els joglars. En las distancias cortas, confiesa que no entendería su vida sin el teatro, aunque asegura a los periodistas que no volverá a ser actor 'salovo en caso de emergencia'. Para evitarlo, recurre esta vez a un grande de la escena teatral, Arturo Fernández, que encarna al protagonista -y antagonista- de su nuevo montaje, Ensayando a Don Juan. Este jueves se estrena en los Teatros del Canal de Madrid, en la misma sala Roja en la que nos atiende, sentado en una butaca y con la vista mirando hacia el escenario semi vacio. Con alguna escena en la cabeza, probablemente.
-Emprende su enésimo montaje, 'Ensayando a Don Juan'. Después de cinco décadas trabajando en el teatro, ¿cada nuevo montaje es como empezar de cero?
-No es así exactamente, una cosa se acumula sobre la otra. En el teatro tenemos dos mil años de historia. Sabemos que existen los griegos, Aristófanes, Shakespeare... y aprendemos de ellos. Uno aprende de sus errores, más que de los éxitos. Hay errores que tratas de rectificar en la siguiente. Hice una obra que podía ser parecida, una sobre el Quijote que tenía forma de ensayo, y hay ciertos errores que trato de corregirlos en esta. Siempre sucede así, uno se prueba a sí mismo constantemente, porque siempre que se acaba una obra se acaba con una cierta sensación de frustración, de que aquellas cosas que había querido hacer no han salido a mi gusto. Eso es lo que me incentiva a probar otra vez.
-La autoexigencia.
-Autoexigencia, y un sentido del juego que siempre he practicado. Yo soy un ludópata del teatro, necesito jugar constantemente con los elementos de la vida. Es casi un vicio, se me hace difícil pensar que algún día el teatro desaparecerá de mi vida. Evidentemente, un día no muy lejano desaparecerá desde el punto de vista de la dirección, porque la dirección necesita mucha energía física, estar con los actores haciendo exactamente lo que ellos hacen. Pero podré realizar otras cosas, como la escritura. Me gustaría conservar algo del teatro hasta los últimos momentos de mi vida...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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-En la presentación del montaje ha comentado que este proyecto surgió al revés. ¿Pensó en Arturo Fernández y luego decidió que encarnase la figura de Don Juan?
-Primero pensé en Arturo, y después hice una obra a la medida. Nunca me había planteado un Don Juan hasta que decidí hacer una obra con Arturo. Pensé que era la imagen que funcionaba en esta situación, especialmente el Tenorio, porque el de Tirso o el de Moliere no funcionaban tanto con Arturo. El Tenorio sí tiene algo que ver con él. Tenemos un cierto sentido del hombre conquistador. No es que Arturo se haya dedicado a conquistar, aunque con ese físico cualquiera no conquista. No ha sido un hombre muy compulsivo en ese sentido, pero es un hombre con una seducción indudable.
-Precisamente, Arturo Fernández siempre defiende el respeto a la mujer, las formas que aprendió en su juventud.
-La evolución de las mujeres hacia el mundo profesional y a la libertad e igualdad absoluta ha sido fantástica, pero tiene su contrapartida: la pérdida de una consideración mutua, del hombre hacia la mujer y de la mujer hacia el hombre. Las mujeres necesitan que el hombre tenga ese punto de sensibilidad y de galantería hacia ellas, una forma de hablar, una admiración hacia ellas, hacia sus aspectos físicos y morales. Y viceversa, las mujeres necesitan que el hombre ejerza una protección de ternura. Y esto en el camino se ha perdido bastante. Volverá otra vez, porque es una necesidad profunda de dos géneros muy distintos. No hay que ser iguales, en el sentido de esta igualdad, si fuéramos iguales me parecería una vida espantosa. Otra cosa es la de los derechos y los sueldos, que sí me parecería aberrante que no fuera así.
-En este montaje hay un choque generacional, entre la visión del teatro y de la vida que tiene Arturo y la que tienen los jóvenes. ¿Hay un choque más de fondo, o de forma?
-Las dos cosas. Son dos conceptos distintos de la vida. Lo que separa a esta generación de actores, entre los 20 y 35 años, y los 80 de Arturo, son dos conceptos muy distintos del teatro y de la vida. De hecho, en esta obra es mi generación la que se enfrenta a la de Arturo. Mi generación fue muy brutal con actores como él, como Lina Morgan... grandes actores e iniciativas teatrales, porque éramos la generación progre. Era una falacia, esta gente tenían al público, porque sabían la forma de penetrar en el público, y nosotros no la conocíamos bien, era la envidia. Ideológicamente, era una generación más enfrentada a ellos. Curiosamente, esta otra generación no está enfrentada a Arturo, le tienen una admiración y un respeto extraordinario, la gente joven valora esta pasión por el trabajo, esa facilidad de entenderse con el público... ... (ver texto completo)