Espuma de Vivesoy naranja y plátano
A los niños les encantará. Aporta muchas vitaminas y las proteínas de la bebida de soja Vivesoy.
Ingredientes:
4 plátanos de Canarias.
2 claras de huevo.
2 vasos de Vivesoy naranja.
4 cucharadas de azúcar glass o edulcorante.
Elaboración:
Monta las claras de huevo con una pizca de sal y añade el azúcar glass o el edulcorante poco a poco. Reservar.
Pela los plátanos, córtalos en rodajas y ponlos en el vaso de la batidora junto a la bebida de soja Vivesoy naranja. Bate bien.
Vierte en un bol grande el batido preparado y añade las claras de huevo poco a poco, mezclando con una cuchara hasta tener una espuma.
Reserva en el congelador al menos dos horas.
Sirve en copas o vasos y decora con unas rodajas o trocitos de plátano.
A los niños les encantará. Aporta muchas vitaminas y las proteínas de la bebida de soja Vivesoy.
Ingredientes:
4 plátanos de Canarias.
2 claras de huevo.
2 vasos de Vivesoy naranja.
4 cucharadas de azúcar glass o edulcorante.
Elaboración:
Monta las claras de huevo con una pizca de sal y añade el azúcar glass o el edulcorante poco a poco. Reservar.
Pela los plátanos, córtalos en rodajas y ponlos en el vaso de la batidora junto a la bebida de soja Vivesoy naranja. Bate bien.
Vierte en un bol grande el batido preparado y añade las claras de huevo poco a poco, mezclando con una cuchara hasta tener una espuma.
Reserva en el congelador al menos dos horas.
Sirve en copas o vasos y decora con unas rodajas o trocitos de plátano.
Uhhhhhhmmmmmmm. Pues acabo de "tomame" yo una jícara de chocolate con picatostes, ¡"que paqué las prisas"! Nada que envidiarle a esa Espuma de Vivesoy...
Besetes guapa.
Besetes guapa.
Luego dices que estás hermosona, jejejeje.
madre mía con picatostes y "tooooooooo".
saludos y yo sin merendar, jejeje.
madre mía con picatostes y "tooooooooo".
saludos y yo sin merendar, jejeje.
MERIENDA, MERIENDA, hermosona, que aún estás a tiempo....
¡Es que... está tan rico el chocolate calentito, en una tarde invernal.....!
¡Es que... está tan rico el chocolate calentito, en una tarde invernal.....!
Rosa, si el chocolate con picatostes es rico para merendar, que he de decirte de un bocadillo de pan con tomate y sardinetas de lata... ¡Para chuparte el aceitillo que chorrea, vamos....! Después un cafecito, (cafelito que diría Castilleja), y te quedas nueva...
Besetes guapa.
Besetes guapa.
Después de este mensaje que escribo ahora sólo me queda uno para hacer otro número cap-i-cua así que ya no me muevo del castillo hasta que no lo escriba.
Bien, pues aquí, "en tó lo alto" del Cerro Castillo dejo escrito este mensaje que hace el número 34043. ¡Mentira me parece que haya llegado hasta aquí!
Ahora que veo las piedras y la falda del castillo pienso que si estas piedras hablasen se podrían escribir, no 34043 mensajes, no, sino muchísimos más, ya que por esta falda del cerro han subido muchísimas personas y han pisado estas piedras con siglos a sus espaldas, así que las conversaciones, buenas y malas, las lágrimas, dulces y amargas, y los sentimientos, buenos y malos que han pasado por aquí, creo que son... para escribir un libro interminable.
Para todos los que fueron, somos, y seremos protagonistas de ese libro imaginario, mi recuerdo más cariñoso desde Barcelona, donde parece imposible imaginarse que existan pueblos y castillos con tanta historia como el nuestro.
Ahora que veo las piedras y la falda del castillo pienso que si estas piedras hablasen se podrían escribir, no 34043 mensajes, no, sino muchísimos más, ya que por esta falda del cerro han subido muchísimas personas y han pisado estas piedras con siglos a sus espaldas, así que las conversaciones, buenas y malas, las lágrimas, dulces y amargas, y los sentimientos, buenos y malos que han pasado por aquí, creo que son... para escribir un libro interminable.
Para todos los que fueron, somos, y seremos protagonistas de ese libro imaginario, mi recuerdo más cariñoso desde Barcelona, donde parece imposible imaginarse que existan pueblos y castillos con tanta historia como el nuestro.
Hay cuanta razon tienes si ese Cerro Castillo en algun momento contara....... la de historias que se podrian escribir ¡no estaria mal que cada uno de nosotros contara su ''oh'' sus anecdotas. Y tambien mando un cariñoso recuerdo para los que aun tenemos la suerte de poder disfrutar de nuestro Cerro Casrillo
Buenos días Justi y demás foreros. Bajo esta foto tan bien lograda de "nuestro cerro", que nos envió Pablito, voy a contaros, ahora que ya hace unos años pasé de los sesenta, algo que me ocurrió cuando no llegaba a los 14, y que pasado el tiempo, ya no me da ninguna vergüenza explicar pues es una cosa tan natural como la vida misma, pero que en aquellos años era "una sinvergüencería" explicar cosas como esta o parecidas. ¡Tranquilos, que no me comí, ni maté a nadie!
Verás: Era una tarde, creo que de primavera por lo apetecible que resultaba dejar que los cálidos rayos de sol acariciasen nuestras mejillas, cuando encontrándome junto a algunas de mis amigas haciendo nuestras labores de costura, y sentadas en aquellas piedras que hay cerca de la boca de la cueva, yo me levanté para estirar un poco las piernas y... ¡oh, sorpresa! una de mis amigas, no recuerdo si fue Raquel, Tere, Antonia, Cari o Aurelia, la que me dijo que tenía "el babero" manchado de sangre. Debería haberme asustado en otras circunstancias, como así les ocurría a muchas chicas de entonces, pero como yo siempre he tenido las amigas que han sido un año o dos mayores que yo, ellas ya sabían de qué iba la historia, así que, me tranquilizaron, me animaron, me dejaron algún "pañito", y cuando mi madre, que estaba en la Rada por el nacimiento de un sobrino, hijo de mi tía Elisa, ya estaba todo solucionado... y mis amigas muy contentas porque ya había dejado de ser la única chica del grupo: todas éramos ya mujeres...
¡No era tan fácil explicar a tu madre, y menos aún a tu padre, que ya no eras una niña! Y que ya sabías, sin que ellos te lo hubiesen explicado, ni tampoco tu maestra en la escuela, de dónde venían los chicos, que no era precisamente de París, ni de debajo de una col, ni tampoco que los traía la cigüeña, así que ya era cosa nuestra decidir si jugábamos o no, con las cosas de.... comer. Jejejejejeje
Verás: Era una tarde, creo que de primavera por lo apetecible que resultaba dejar que los cálidos rayos de sol acariciasen nuestras mejillas, cuando encontrándome junto a algunas de mis amigas haciendo nuestras labores de costura, y sentadas en aquellas piedras que hay cerca de la boca de la cueva, yo me levanté para estirar un poco las piernas y... ¡oh, sorpresa! una de mis amigas, no recuerdo si fue Raquel, Tere, Antonia, Cari o Aurelia, la que me dijo que tenía "el babero" manchado de sangre. Debería haberme asustado en otras circunstancias, como así les ocurría a muchas chicas de entonces, pero como yo siempre he tenido las amigas que han sido un año o dos mayores que yo, ellas ya sabían de qué iba la historia, así que, me tranquilizaron, me animaron, me dejaron algún "pañito", y cuando mi madre, que estaba en la Rada por el nacimiento de un sobrino, hijo de mi tía Elisa, ya estaba todo solucionado... y mis amigas muy contentas porque ya había dejado de ser la única chica del grupo: todas éramos ya mujeres...
¡No era tan fácil explicar a tu madre, y menos aún a tu padre, que ya no eras una niña! Y que ya sabías, sin que ellos te lo hubiesen explicado, ni tampoco tu maestra en la escuela, de dónde venían los chicos, que no era precisamente de París, ni de debajo de una col, ni tampoco que los traía la cigüeña, así que ya era cosa nuestra decidir si jugábamos o no, con las cosas de.... comer. Jejejejejeje