Las agujas del reloj han estado en varias ocasiones muy cerca de la hora del desastre. El peor momento fue en 1953, cuando se colocaron a dos minutos de las doce a causa de la primera explosión de una bomba de hidrógeno por parte de EEUU. La Guerra Fría provocó también un momento crítico durante el mes de octubre de 1962, cuando Rusia instaló misiles nucleares en Cuba. En 1984, llegó a tres minutos debido a un aumento en la carrera armamentística entre ambas potencias y en 1991 alcanzó su punto más alejado gracias al tratado START de reducción de armamento nuclear. Pero ahora la depresión mundial y el cambio climático se retroalimentan, acercándonos peligrosamente a los 3-2º C de calentamiento global en los cuales, según los científicos, parece que no habrá retorno. La nueva crisis y depresión del sistema económico aún imperante advierte al mundo de que no debe dormirse en los laureles.