....
Aún perdura el recuerdo
de aquellos días lejanos
en aquel pequeño pueblo
donde vivimos antaño.
En el nacimos, crecimos,
en el nos enamoramos;
en el quedan los recuerdos
que aún sin querer añoramos.
Debajo del tejadillo
de a puerta de tu casa
tapados con la cortina
nuestro amor se acrecentaba.
Tus manos, o nuestras manos,
tus labios, o nuestros labios;
tu cuerpo, o nuestros cuerpos,
¡Cuántas veces se juntaron!
Con que fuerza, con que gracia,
con que ilusión y placer
construimos nuestro amor
que perdimos sin querer...
Aún perdura el recuerdo
de aquellos días lejanos
en aquel pequeño pueblo
donde vivimos antaño.
En el nacimos, crecimos,
en el nos enamoramos;
en el quedan los recuerdos
que aún sin querer añoramos.
Debajo del tejadillo
de a puerta de tu casa
tapados con la cortina
nuestro amor se acrecentaba.
Tus manos, o nuestras manos,
tus labios, o nuestros labios;
tu cuerpo, o nuestros cuerpos,
¡Cuántas veces se juntaron!
Con que fuerza, con que gracia,
con que ilusión y placer
construimos nuestro amor
que perdimos sin querer...