Durante la Semana Santa de Cuenca de 1905, tuvo lugar el origen de la procesión del Silencio, a instancias de la Venerable Hermandad del Prendimiento de Jesús, en concordia con la del Ecce-Homo de San Miguel.
Promovida y costeada, en su mayor parte, por don Mariano Catalina y Cobo, la comitiva partió de la parroquia de san Esteban en aquella lejana tarde de abril de Miércoles Santo. No fueron solamente los pasos de “Jesús en el momento de ser besado por Judas” y el “Ecce-Homo de san Miguel”, como decía el programa oficial, los que integraron el novedoso desfile. Para dar una mayor relevancia y significancia al cortejo, se unieron los pasos de la Oración del Huerto, “… el cual antes sólo salía el día de Jueves Santo desde la ermita de san Antón…”, y una hermosa talla de san Juan Evangelista, donada por don José Cobo, y que daría origen, igualmente, a la hermandad que siempre ha cerrado la procesión del Silencio, es decir, “San Juan y la Virgen en el camino de la Amargura.”
Promovida y costeada, en su mayor parte, por don Mariano Catalina y Cobo, la comitiva partió de la parroquia de san Esteban en aquella lejana tarde de abril de Miércoles Santo. No fueron solamente los pasos de “Jesús en el momento de ser besado por Judas” y el “Ecce-Homo de san Miguel”, como decía el programa oficial, los que integraron el novedoso desfile. Para dar una mayor relevancia y significancia al cortejo, se unieron los pasos de la Oración del Huerto, “… el cual antes sólo salía el día de Jueves Santo desde la ermita de san Antón…”, y una hermosa talla de san Juan Evangelista, donada por don José Cobo, y que daría origen, igualmente, a la hermandad que siempre ha cerrado la procesión del Silencio, es decir, “San Juan y la Virgen en el camino de la Amargura.”