Las hormonas vegetales son las que le dan fototropismo positivo al girasol joven: permiten un mayor crecimiento de los tejidos en un sentido, lo que facilita el giro de la planta. Las hormonas vegetales controlan todas las funciones de la planta: crecimiento, floración, maduración de frutos, fototropismo, etc. Las más conocidas son las de la familia de las auxinas (crecimiento y geotropismo), las giberelinas (proliferación celular), las citoquininas (germinación y floración), el ácido abscísico (aletargamiento) y el etileno (maduración y floración). El control de dichas hormonas se debe a la interacción de diferentes factores como el sol, la luz directa, la gravedad, el calor, las cantidades de rayos UV, o a la relación con otros agentes químicos, hormonales o no.