A pesar de todo, Rob, llevado por su pasión por aprender a sanar decide viajar a la mejor escuela donde enseña el mejor médico de la época: Ibn Sina o Avicena, en Ispahán, Persia. Para ello se hace pasar por judío, adoptando el nombre de Jesse ben Benjamin, ya que no podría hacerlo como cristiano. Se integra en una caravana hacia oriente y durante el largo camino aprende a hablar en persa. Al llegar a la madraza de Ispahán es rechazado por no contar con los conocimientos ni el dinero necesario para estudiar allí. Su insistencia consigue que lo golpeen y lo encarcelen. Al salir de la cárcel apaleado y desesperado se presenta en la audiencia al Sha. El arrojo de Rob tiene éxito, porque en el camino ambos se habían conocido durante una cacería del Sha. El soberano le concede una dote que le permitirá sufragar sus estudios de medicina y vivir en la ciudad.