Murió el 14 de febrero de 1967, cuando el coche que conducía se estrelló contra un muro en circustancias no bien aclaradas, cuando preparaba el papel de una obra teatral. La temprana incursión en el mundo creativo se cerró con la pronta despedida de una personalidad descalificada por los sectores más conservadores de la sociedad iraní, admirada por escritores y cineastas de todo el mundo y emblema del feminismo en su país.