El conejo indignado entra al gallinero con una cesta llena de huevos blancos y les pregunta a las gallinas con un tono de reclamo:
- ¿Cuántas veces se los tengo que decir? ¡Los quiero de colores!
- ¿Cuántas veces se los tengo que decir? ¡Los quiero de colores!