El corral y los edificios que lo rodean deben ser proporcionados a la extensión de la heredad, y siempre será mejor tener más que menos; pero el punto esencial consiste en que ningún edificio esté enteramente separado o distante de los demás, porque en este caso será muy difícil que el dueño o propietario pueda cuidar de todo y guardar una regla invariable en el servicio. Esos edificios separados sirven de escondite a los holgazanes y a los rateros.