¡No ringáis, hijos míos, no ringáis...! Eso decía la hermana Manuela del hermano Cristino a Joaquín y a otro chico que estaban riñendo en El Callejón. ¡Vaya un vocabulario rechulo que teníamos entonces.... ¡Y cómo se pierde todo en esta vida...!
Besetes, hermosones, y... ¡lo dicho: No ringáis!