El Viaje en el Caballo Clavideño
Aún en el palacio de los duques, en el transcurso de otra de las farsas que éstos les habían preparado, Don Quijote estaba dispuesto a enfrentarse al gigante Malambruno para ayudar a una agraviada dama. Como el reino en el que se encontraba estaba muy lejos, los duques le ofrecieron su caballo volador para que pudieran viajar más velozmente.
Este, en realidad, era un caballo de madera. Montaron en él con los ojos vendados; entonces los sirvientes comenzaron a utilizar fuelles para simular el viento y prendieron estopas para simular el cercano calor del sol.
Cuando se suponía que habían llegado, salieron disparados del caballo al estallar unos cohetes puestos allí a propósito.
Aún en el palacio de los duques, en el transcurso de otra de las farsas que éstos les habían preparado, Don Quijote estaba dispuesto a enfrentarse al gigante Malambruno para ayudar a una agraviada dama. Como el reino en el que se encontraba estaba muy lejos, los duques le ofrecieron su caballo volador para que pudieran viajar más velozmente.
Este, en realidad, era un caballo de madera. Montaron en él con los ojos vendados; entonces los sirvientes comenzaron a utilizar fuelles para simular el viento y prendieron estopas para simular el cercano calor del sol.
Cuando se suponía que habían llegado, salieron disparados del caballo al estallar unos cohetes puestos allí a propósito.