Creo que con el calor que está "atizando" no apetecerá lo más mínimo preparar un AJO MATAERO manchego, aunque como siempre hay por estas tierras algún Quijote capaz de enfrentarse a todo, o alguna Dulcinea dispuesta a sacrificarse y cocinar por ganarse por el estómago los favores de su Quijano, aquí dejo la receta, por si acaso...:
Ingredientes para 6 personas
1 kg de pan casero
400 g de panceta fresca
250 g hígado de cerdo
50 g de piñones
½ cabeza de ajos secos (si es posible, morados y de Las Pedroñeras)
1 cucharilla de orégano
1 cucharilla de canela
½ cucharilla de pimienta
5 o 6 clavos picados
sal y pimentón picante
Un chorro de aceite de oliva. (A ser posible, de la tierra)
Preparación
Al pan casero (de 2 ó 3 días) se le quita la corteza y se corta muy fino.
Se corta el tocino y el hígado en tacos pequeños. En una sartén se calienta el aceite. Se fríe a fuego lento el tocino y una vez frito se retira. En la grasa que deja se fríe el hígado y se retira una vez frito. A dicha grasa se le añade el pimentón y todas las especias, sin dejar de darles vueltas; en la propia sartén se le agregan las migas de pan y se rehogan. Se cubre con agua.
Del hígado frito se coge la mitad y se pica en el mortero, junto a los ajos crudos. Se agrega a la sartén y se deja hervir a fuego lento hasta que se haga una masa homogénea y compacta.
Se sirve en cazuela de barro como la de la foto y se adorna con la panceta, hígado y piñones.
¡De postre algo fresquito, por favor, y qué aproveche!
Ingredientes para 6 personas
1 kg de pan casero
400 g de panceta fresca
250 g hígado de cerdo
50 g de piñones
½ cabeza de ajos secos (si es posible, morados y de Las Pedroñeras)
1 cucharilla de orégano
1 cucharilla de canela
½ cucharilla de pimienta
5 o 6 clavos picados
sal y pimentón picante
Un chorro de aceite de oliva. (A ser posible, de la tierra)
Preparación
Al pan casero (de 2 ó 3 días) se le quita la corteza y se corta muy fino.
Se corta el tocino y el hígado en tacos pequeños. En una sartén se calienta el aceite. Se fríe a fuego lento el tocino y una vez frito se retira. En la grasa que deja se fríe el hígado y se retira una vez frito. A dicha grasa se le añade el pimentón y todas las especias, sin dejar de darles vueltas; en la propia sartén se le agregan las migas de pan y se rehogan. Se cubre con agua.
Del hígado frito se coge la mitad y se pica en el mortero, junto a los ajos crudos. Se agrega a la sartén y se deja hervir a fuego lento hasta que se haga una masa homogénea y compacta.
Se sirve en cazuela de barro como la de la foto y se adorna con la panceta, hígado y piñones.
¡De postre algo fresquito, por favor, y qué aproveche!