Ya lo creo que estoy de acuerdo con esta carta y montones de cartas que podrían escribir otras tantas madres que les han arrebatado la vida de sus seres queridos. En vez de estar pidiendo derechos, viviendo a todo confort y algunos sacándose una carrera yo los llevaría a limpiar los montes, caminos etc ¡que se ganen lo que comen, y menos derechos ¡
¿Y a tí, Justi, qué te pasa? ¿Acaso te fuiste a los Sanfermines y te pilló el toro? Lo digo porque desde el día de San Fermín no has vuelto a escribir. Anda mujer, explícanos cómo fue la paella de bogavante.... Besitos
Holaaaaaaaaaaaaaa que no mujer que a mi los toros como no me pillen por la calle te aseguro que no me pillan, es que boy mu lia te ¡cuento ¡la comida estuvo estupenda, Blanca nos hizo un buenísimo aperitivo el arroz no fue de paella lo hizo en la olla y no quieras saber como estaba de bueno, lo regamos con una sangría bien fría entraba como ''dios'' Y todo eso en buena compañía pues lo pasamos muuuuuuuuuuuuu bien besitos
Yo también voy un poco liada pero desde que mis hijos se hicieron mayores y yo dejé de trabajar me propuse aquello de dividir el día en tres partes: ocho horas para dormir, ocho para "asuntos propios" y otras ocho para dedicarla a la casa, y de estas no me paso ni un minuto. Jejejejejejee
No siempre se cumple a rajatabla, pero... ¡lo intento! ¡Vaya si lo intento! Besetes.
No siempre se cumple a rajatabla, pero... ¡lo intento! ¡Vaya si lo intento! Besetes.
Te aseguro que yo el dia que deje de trabajar también dividiré las horas ¡pero ¡hoy me tengo que amoldar a lo que hay, de todas maneras es que no paro el pasado fin de semana nos fuimos a Peñiscola hoy tengo un cumpleaños lo dicho que no tengo tiempo ''ni de rascarme''
Justi, has de saber (aquí me falta la trompetilla del pregonero del pueblo, ejejjejeje) que Peñíscola me trae muy buenos recuerdos ya que la segunda noche de bodas las pasé allí, en un hotel del que ahora no recuerdo el nombre. Lo que sé es que no tenemos ni una sola foto de nuestra estancia allí pues se nos terminó el carrete de la máquina y la misma persona que nos puso el que compramos en la primera tienda que vimos nos lo puso mal, y no salió ni la más mínima sombra. Gracias que las de Valencia, Madrid, Aranjuez, El Monasterio del Escorial y por último Zaragoza, salieron perfectas que si no... nos hubiésemos quedado sin poder vernos aquellas caritas que teníamos por "aquellos entonces". Un besillo.
