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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: UN DÍA NEGRO. Cuentos romanos. A. MORAVIA.-...

UN DÍA NEGRO. Cuentos romanos. A. MORAVIA.-

Y luego dicen. Hay quienes no creen en la iettatura, pero yo tengo pruebas. ¿Qué día era anteayer? Martes, 17. ¿Qué me ocurrió por la mañana, antes de salir? Al buscar el pan, en el aparador, tiré la sal. ¿A quién me encontré en cuanto salí a la calle? A una muchacha jorobada, con un antojo peludo en la cara, a quien no había visto nunca por el barrio, y eso que conozco a todo el mundo. ¿Qué hice al entrar en el garaje? Pasé bajo la escalera de un obrero que estaba reparando el anuncio de neón. ¿Quién fue el primer mecánico que me habló al entrar en el garaje? Fulano, no quiero ni nombrarlo, que todos saben que trae mala suerte, con su cara torcida y sus ojos biliosos. ¿Les parece poco? Pues añado el resto: al ir hacia la parada poco faltó para que aplastara a un gato negro que se me atravesó en la calle, salido de no sé donde, de forma que tuve que frenar en seco, con un chirrido de mil diablos.
En la parada del piazzale Flaminio, a unos pasos de la estación del ferrocarril de Viterbo, no tuve que esperar mucho. Serían las siete cuando llegaron a toda prisa, con unos pasos como si bailasen la tarantela, dos palurdos del campo.