La ciencia, que a decir de algunos es hija de la paciencia, acaba con los malos recuerdos MODIFICANDO CÉLULAS CEREBRALES.
"Gaceta. es
Jueves, 28. Agosto 2014 - 12:12
Pruebas llevadas a cabo con éxito en ratones consiguen terminar con el poso emocional de las experiencias traumáticas y convertirlo en recuerdos placenteros...
"Gaceta. es
Jueves, 28. Agosto 2014 - 12:12
Pruebas llevadas a cabo con éxito en ratones consiguen terminar con el poso emocional de las experiencias traumáticas y convertirlo en recuerdos placenteros...
...
Un equipo científico del Instituto Tecnológico de Massachusetts ha logrado manipular los circuitos neuronales en ratones para conseguir alterar las asociaciones emocionales que se unen a recuerdos específicos. Esta investigación ha demostrado que las conexiones entre la parte del cerebro que almacena la información contextual de una experiencia (dónde y cuándo sucedió) y la amígdala, donde se codifican los sentimientos relacionados con esta información, son modificables. Para llevar a cabo este proceso, cuya efectividad aún no está probada en humanos, no se precisaron medicamentos.
Reescribir la memoria fue posible gracias a una técnica de vanguardia conocida como optogenética, que utiliza la luz para controlar las células del cerebro. En el caso de estos ratones, se utilizó un cable de fibra óptica que se insertó a través de un pequeño agujero en el cráneo del animal. Comenzaron las pruebas sometiendo a un grupo de ejemplares macho una serie de experiencias negativas (a través de pequeñas descargas eléctricas en su pata) y positivas (en las que les permitían interactuar con hembras). A través del dispositivo del cerebro conseguían identificar las células específicas que se activaron en cada uno de los dos casos...
Un equipo científico del Instituto Tecnológico de Massachusetts ha logrado manipular los circuitos neuronales en ratones para conseguir alterar las asociaciones emocionales que se unen a recuerdos específicos. Esta investigación ha demostrado que las conexiones entre la parte del cerebro que almacena la información contextual de una experiencia (dónde y cuándo sucedió) y la amígdala, donde se codifican los sentimientos relacionados con esta información, son modificables. Para llevar a cabo este proceso, cuya efectividad aún no está probada en humanos, no se precisaron medicamentos.
Reescribir la memoria fue posible gracias a una técnica de vanguardia conocida como optogenética, que utiliza la luz para controlar las células del cerebro. En el caso de estos ratones, se utilizó un cable de fibra óptica que se insertó a través de un pequeño agujero en el cráneo del animal. Comenzaron las pruebas sometiendo a un grupo de ejemplares macho una serie de experiencias negativas (a través de pequeñas descargas eléctricas en su pata) y positivas (en las que les permitían interactuar con hembras). A través del dispositivo del cerebro conseguían identificar las células específicas que se activaron en cada uno de los dos casos...
Tras comprobar que los roedores con malas experiencias tendían a evitar volver a la parcela en la que sufrieron, el reto fue modificar esta conexión establecida entre el recuerdo y la carga emocional. Para lograrlo sometieron a los animales a la experiencia contraria, al tiempo que estimulaban de forma artificial las células que recogían la información contextual del hecho traumático. Como resultado, la memoria del hipocampo logró cambiar. Los ratones que originalmente recibieron descargas ya no mostraron miedo al recordar esa experiencia, mientras que los que disfrutaron de interacción con hembras comenzaron a recordarlo como un hecho negativo.
El equipo encargado de esta investigación, liderado por el japonés Susumu Tonegawa, Nobel de Medicina en 1987, confía en que su éxito permita en un futuro iniciar nuevas vías para el tratamiento de personas con estrés postraumático y depresión. Técnicas psicológicas de tipo conductivo ya consiguieron antes modificar ciertos comportamientos, pero no ha sido hasta ahora cuando se han conocido con detalle los mecanismos neuronales que modifican el valor emocional de los recuerdos. "Ahora podemos acceder al interior del cerebro y manipularlo para cambiar el comportamiento asociado a un recuerdo sin usar medicamentos. No se utiliza ninguna sustancia química. Esto representa una nueva vía para la psicoterapia en el futuro", afirma Roger Redondo, coautor del estudio."
El equipo encargado de esta investigación, liderado por el japonés Susumu Tonegawa, Nobel de Medicina en 1987, confía en que su éxito permita en un futuro iniciar nuevas vías para el tratamiento de personas con estrés postraumático y depresión. Técnicas psicológicas de tipo conductivo ya consiguieron antes modificar ciertos comportamientos, pero no ha sido hasta ahora cuando se han conocido con detalle los mecanismos neuronales que modifican el valor emocional de los recuerdos. "Ahora podemos acceder al interior del cerebro y manipularlo para cambiar el comportamiento asociado a un recuerdo sin usar medicamentos. No se utiliza ninguna sustancia química. Esto representa una nueva vía para la psicoterapia en el futuro", afirma Roger Redondo, coautor del estudio."