Hay noches en que se puede evocar de entre las brumas de la memoria algo vivo, hasta el dolor y las lágrimas. Recordar lunas primaverales de años atrás con sobrenatural placidez.
Hay noches, como la vivida no hace muchos días, que pudimos ver, más cerca que otras veces, en un resquicio del cielo, cómo brillaba el disco argentino de la luna de un fulgor deslumbrante... Ahora, agosto termina, la rueda de la vida continua girando, pero esos momentos, hasta que Dios lo permita, estarán en nuestro recuerdo...
Hay noches, como la vivida no hace muchos días, que pudimos ver, más cerca que otras veces, en un resquicio del cielo, cómo brillaba el disco argentino de la luna de un fulgor deslumbrante... Ahora, agosto termina, la rueda de la vida continua girando, pero esos momentos, hasta que Dios lo permita, estarán en nuestro recuerdo...