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Pero ya que acabo de escribir del “dejar hacer”, ¿qué decir del Tribunal Constitucional, el anterior y el vigente, que tiene metido en un cajón desde hace mucho tiempo el recurso contra la disposición del Parlamento Catalán y, por lo visto, va a seguir encerrado bajo siete llaves hasta sabe Dios cuando? Si ya lo hubieran rechazado como era y es su obligación, los catalanes que todavía mandan allí, al menos sabrían que su prohibición carece de legitimidad y, más pronto que tarde, las corridas de toros volverían a celebrarse en la Monumental de Barcelona...
Pero ya que acabo de escribir del “dejar hacer”, ¿qué decir del Tribunal Constitucional, el anterior y el vigente, que tiene metido en un cajón desde hace mucho tiempo el recurso contra la disposición del Parlamento Catalán y, por lo visto, va a seguir encerrado bajo siete llaves hasta sabe Dios cuando? Si ya lo hubieran rechazado como era y es su obligación, los catalanes que todavía mandan allí, al menos sabrían que su prohibición carece de legitimidad y, más pronto que tarde, las corridas de toros volverían a celebrarse en la Monumental de Barcelona...
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Dicen los analistas más avezados de la política que, a la vista de las encuestas recientemente publicadas, en las próximas elecciones municipales y autonómicas, “Podemos” logrará gobernar en muchos pueblos y, posiblemente, tendrá gran influencia en no pocas ciudades, regiones autónomas y quizá el poder total en alguna de estas últimas.
Pues ya lo saben y quedan seriamente advertidos los aficionados que viven en los pueblos, ciudades y regiones en donde la prohibición de celebrar festejos taurinos puede ser absolutamente real. Que si les votan, aunque estén seriamente “indignados”, se quedaran sin toros en sus fiestas. Así de simple y así de tremendo...
Dicen los analistas más avezados de la política que, a la vista de las encuestas recientemente publicadas, en las próximas elecciones municipales y autonómicas, “Podemos” logrará gobernar en muchos pueblos y, posiblemente, tendrá gran influencia en no pocas ciudades, regiones autónomas y quizá el poder total en alguna de estas últimas.
Pues ya lo saben y quedan seriamente advertidos los aficionados que viven en los pueblos, ciudades y regiones en donde la prohibición de celebrar festejos taurinos puede ser absolutamente real. Que si les votan, aunque estén seriamente “indignados”, se quedaran sin toros en sus fiestas. Así de simple y así de tremendo...