En fin, detalles aparte, estamos ante una película disfrutable, pero resulta ser un viaje para el que los admiradores del mito deDrácula: La leyenda jamás contada Drácula no necesitarán alforjas. Y eso que elementos tenía para dibujar un personaje más acorde con el creado por Stoker, pero se queda a medio camino. Al final, todo apunta a que habrá segunda parte –si la taquilla lo permite-, lo cual me alegra porque deseo ver más a Charles Dance en este papel. Le viene como anillo al dedo, y es lo mejor de la película, pese a la brevedad de sus apariciones. Y de paso, quizá veamos algo de terror, y no tanta épica guerrera.